La cocaína altera las funciones cerebrales y modifica las estructuras del mismo. Se realizó un estudio en el que participaron consumidores de cocaína e individuos no consumidores. Se les sometió a una resonancia magnética y se estudio la función cerebral, la estructura de la materia gris y blanca y el estado de las vías de comunicación entre las áreas del cerebro, se concluyó que todos los elementos estudiados habían sufrido cambios.
También el estudio reveló que la población consumidora de cocaína tenía una zona del cerebro hiperactivada a diferencia de los sanos. Esta zona es el estriado ventral, vinculado a favorecer los comportamientos básicos automáticos e impulsivos como comer o el sexo. Esto contrasta con la hipoactividad que sufren en otra parte del cerebro más evolucionada, la corteza prefrontal encargada de regurlar la conducta y la atención.
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