Cada uno puede tener una posición respecto a las drogas, es
decir, una opinión que debería ser respetada, pero también poder ser discutida.
Un ejemplo de lo que os estoy contando es la propuesta de algunos partidos
políticos en la legalización de la marihuana.
Para algunos es un punto que puede ayudar a la economía del
país además de saciar una “necesidad” que antes se saciaba ilegalmente. A
mayores, los entendidos del tema, creen que la delincuencia disminuiría junto
al famoso mercado negro. Pero aquí estamos para leer mi opinión y no la de los
entendidos del tema.
Bueno, yo creo que el
punto de vista que tenemos sobre las drogas depende de cómo hayamos tenido el
primer contacto con ellas. Es algo parecido a lo que dice la Teoría de la Relatividad de Einstein, depende de la perspectiva del observador.
Para entrar en situación tengo que destacar que yo estudié
en un instituto público, es decir, compartía recreo con cualquier chico que
viviese cerca de la escuela o cualquiera que pidiese plaza, sin importar si era
rico, pobre, conflictivo, superdotado… Además de este dato, tengo que resaltar
que mi conjunto de amigos de toda la vida somos un grupo de deportistas,
ninguno fuma tabaco y casualmente sacábamos buenas notas, pero no éramos
raritos ni nada, ya que casi toda la generación era así.
Lo que quiero expresar con esto es que mi contexto social
influyó mucho en la opinión que tengo sobre las drogas. En mi colegio los que
fumaban marihuana era gente conflictiva y no sacaban buenas notas. Nosotros
percibimos eso desde 1º de ESO y nuestra mente produjo automáticamente una
repulsión hacia las drogas, o esa es mi opinión. Con la edad también me di
cuenta que no puedo juzgar a la gente solo porque tome drogas, pero sí que me
produce más inseguridad que una persona que no lo haga. Lo de la perspectiva lo
digo porque conozco gente que estudió en colegios privados donde los “mayores”
fumaban marihuana delante de ellos y desarrollaron más aceptación ya que veían
que los que se estaban drogando eran como ellos pero con unos años más (ya que en los colegios privados, en teoría, los alumnos son de una clase más "elitista", mientras que en los públicos hay un poco de todo) o bueno, esa es la
explicación que supuse. Tampoco quiero dar la sensación de que cualquier
persona que tome drogas ya no pueda relacionarse conmigo, aunque no lo parezca
me encantaría no tener este prejuicio y estoy intentando cambiarlo.
Es cierto que este pensamiento no me afecta con otras cosas
igual de peligrosas como por ejemplo el alcohol, pero supongo que ese es el
poder de la sociedad, que hace que otros venenos estén reconocidos de una
manera positiva, y la mayoría caemos en su red.
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